viernes, 6 de febrero de 2009

San Botín, San Desprecio

Escuchaba esta tarde un corte de radio en el que se escuchaban unas declaraciones de Emilio Botín. Vaya por delante que ni el Sr. Botín ni el Banco de Santander han sido nunca santos de mi devoción, pero en esta ocasión he de reconocer que sus palabras me han producido una impresión tremenda. Su frase literal, dirigida al Ministro de Industria, es

“Las declaraciones de un ministro, bueno…no es la… son las declaraciones de un ministro.”

Difícilmente se pueden decir más cosas del ministro de las bombillas. Me viene a la cabeza el refrán “no hay mejor desprecio que no hacer aprecio” y estas palabras son la condensación de este desprecio. Es una manera elegante de decir que este ministro en un cero a la izquierda, que no pinta nada, que lo que dice “me entra por un oído y me sale por otro”.

Esto es lo que pasa cuando se selecciona como ministro de cualquier materia a un teórico, en este caso de la economía, al mandamás en un centro de estudios, a un orate que casi nunca acertó en sus predicciones.

En una universidad nunca se enseña a tomar decisiones sobre el mundo real ya que todas las actividades se desarrollan en un entorno teórico. Alguien que nunca se ha preocupado de crear riqueza, de pagar una nómina o de competir abiertamente en el mercado raramente podrá ser un ministro cuya memoria merezca algo más que el cubo de la basura.
Si la decisión más dura a la que te has enfrentado cada mañana es elegir el color de la corbata estás condenado al fracaso y si encima alcanzas una responsabilidad política lo único que puedes hacer es condenar al fracaso a una sociedad.

Para colmo el personaje tiene los arrestos para decir que “éste es un Gobierno muy dialogante pero es un Gobierno firme”

Voy a recordar a Sebastián lo que dice el diccionario de la Real Academia Española como primera acepción de la palabra dialogante.

1. adj. Abierto al diálogo, al entendimiento.

Así que igual que confunde las ideas con las bombillas también equivoca diálogo y charlatanería.

El Gobierno de Rodríguez es el gobierno de la charlatanería, de la propaganda. Es un gobierno refractario al diálogo salvo con los terroristas y los dictadores. En ningún momento de esta legislatura ni da la anterior ha tratado de llegar a algún punto de entendimiento con sectores enteros de la Sociedad. Como ejemplo, ya que todos estamos ahora preocupados por la profundidad de la crisis económica, podemos elegir el nombramiento del cargo de Gobernador del Banco de España. El Partido Socialista rompió toda la tradición en la elección del puesto e impuso radicalmente a su candidato. ¿Será por ésto por lo que el Banco de España se prestó al embeleco de la ocultación de datos sobre la crisis?

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